En un tiempo en el que el pragmatismo político parece haber eliminado las ideologías, en el que las derechas y las izquierdas van juntas en busca de cargos públicos para proteger sus propios intereses, creados en el marco de un sistema electoral que privilegia a los partidos y no a los electores; los ciudadanos podemos acercarnos, a través del arte, a los anhelos de cambio qué hace décadas expresaban pintores nacidos en plena época revolucionaria como Jesús Álvarez Amaya, Ariosto Otero y Alberto Beltrán.
El lugar para arrimarnos al corazón de estos creadores es Casa de Cultura Poza Rica dónde hasta el 13 de abril permanecerá abierta la exposición «Revolución es» , muestra que exhibe 33 piezas que pertenecen a la Fundación Cultural Trabajadores de Pascual y del Arte A.C y que, en el marco de la celebración del 80 aniversario de la expropiación petrolera, se montó, desde el 12 de marzo, en la sala Pablo O’Higgins.
En estos días de alianzas impensables entre PRD y PAN, Morena y Encuentro Social, PRI y Nueva Alianza, está exposición deja bien claro cuál es el discurso de la izquierda, que poco tiene que ver con las tendencias «progresistas» actuales, llevadas por el pragmatismo a pactar con el neoliberalismo en contra de logros colectivos como el derecho a la educación, a la salud o al arbitraje del estado en temas económicos.
Las superestrellas revolucionarias como Emiliano Zapata, Ernesto Guevara, Francisco Villa, junto a libertador Simón Bolívar y el luchador por los derechos civiles, Martín Luther King; son los amos y señores de la exposición que combina trabajos en diversos formatos y técnicas. Se exhibe grabado, serigrafía, pintura.
Todas las piezas son de una excelente ejecución y gritan su discurso progresista, pero hay una pieza que resulta profetica y que advierte sobre el inminente desmontaje del Estado de Bienestar para instaurar las políticas neoliberales que nos aquejan. Se trata del trabajo de Antonio Nieto, elaborado en 1986 y que fue titulado: El primer paso, Miguel de la Madrid Hurtado introduce a México al GATT.
En la obra, el autor nos muestra un mundo caótico donde la violencia y el mercado son los ejes en torno a los que gira la vida social. El cuadro alude al ingreso de México al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, con el que el PRI y sus gobiernos inician el cambio en las políticas públicas para favorecer al mercado, en perjuicio de las clases desfavorecidas.
El montaje muestra la obra de los muralistas Ariosto Otero y Jesús Álvarez, así como del grabador Alberto Beltrán y la escultura Flor Minor. La exposición es muy disfrutable e cuanto a la ejecución de las obras y, además, provoca a la reflexión sobre lo que sucede en nuestro país y en el mundo actualmente, en el que el mercado parece abarcarlo todo.