Karina de la Paz Reyes Díaz
15/02/2018, Xalapa, Ver.- Astrid Álvarez Aristizábal, coordinadora de Región Pacífico de la Fundación Swissaid, sostuvo reuniones con investigadores de la Universidad Veracruzana (UV) expertos en manejo y aprovechamiento de la vainilla con el fin de que éstos asesoren a agricultores de la región de El Chocó, Colombia.
La delegación que arribó a la UV estuvo conformada por Paulo Hurtado Rentería, productor y representante legal del Consejo Comunitario Río Valle-Chocó; Rosario Tejeda Lemos, productora y promotora rural, miembro del Consejo Comunitario Río Valle; Justino González Valois y Carmen Lucía Gómez, técnico-asesor y asesora social, respectivamente, de la Fundación Swissaid.
«Venimos a conocer la experiencia de la vainilla, orquídea que hasta 2015 no conocíamos; así que hicimos una exploración de vainilla en El Chocó y encontramos siete especies y cuatro híbridos,
entre ellas la planifolia, que es de uso comercial. Creemos que es una alternativa muy buena para los agricultores», explicó la representante de la Organización No Gubernamental.
Cabe citar que tales especies están en territorios colectivos de Comunidades Negras, en el pacífico colombiano, una organización étnico-territorial.
En ese contexto, en 2017 Astrid Álvarez tuvo conocimiento de que la investigadora y especialista en vainilla de la UV, Rebeca Menchaca García, asistiría a Colombia por asuntos académicos, la contactó y lograron pactar la vinculación.
A la fecha en aquella zona colombiana hay 24 agricultores cultivando la vainilla en su hábitat natural y su estancia en la UV es para intercambiar saberes. «Venimos a aprender», subrayó la entrevistada.
La delegación realizó actividades del 3 al 8 de febrero, tales como recorridos por plantaciones de vainilla en el Totonacapan y la zona costera central, intercambio de saberes con agricultores de la entidad y el seminario «Avances sobre la investigación de la vainilla en el Orquidario de la Universidad veracruzana». Durante éste se presentaron los proyectos de los estudiantes de especialidad y posgrado que trabajan con temas de la vainilla: David Moreno Martínez, Sulayka Castelán Culebro y Lorena Sánchez Morales.
«Nos interesa mucho conocer el proceso de curado y manejo de la vainilla, porque nuestros agricultores ya la están cultivando, pero todavía no iniciamos la producción. De las plantaciones silvestres se recoge fruto y todavía no hemos logrado hacer un buen proceso de beneficio y ése es uno de nuestros objetivos», explicó Astrid Álvarez.
Añadió que también les interesa dar a la vainilla un valor agregado a través de la elaboración de diversos productos: velas, jabones, repelentes, entre otros.
El bejuquillo para la buena suerte y el amor
Paulo Hurtado Rentería, productor y representante legal del Consejo Comunitario Río Valle-Chocó, celebró que él y otras personas de su región estén en el proceso de aprendizaje del cultivo y beneficio de vainilla.
«Estamos incursionando en el tema de la vainilla pues nuestros ancestros trabajaron en ella y la utilizaban muchísimo, pero con la tecnología y las innovaciones la descuidaron un poco. Todos los terrenos donde ancestralmente estaba la vainilla los utilizaron para el
cultivo de arroz y maíz, y la vainilla empezó a desaparecer. Entonces, la nueva generación no la conocíamos.»
No obstante, comentó que se han documentado sobre la planta y los beneficios que tiene, por ello decidieron trabajar en la recuperación de su cultivo, darle uso y buscar comercializarla.
«Estamos empezando a sembrarla y aprendiendo de su manejo. Por eso estamos aquí, aprendiendo de México y de los mexicanos cómo es que lo hacen y todo lo que podamos aprender, para reproducirlo en Colombia, con nuestra gente.»
Paulo rememoró que sus abuelos utilizaban la vainilla principalmente para perfumar la ropa, colocando vainas en «la maleta» (una suerte de baúl); pero cuando llegaron las lociones y desodorantes, ésta fue desplazada, «pasó a segundo plano, por eso la descuidaron, empezaron a cortarla y reemplazar esos cultivos por el arroz, maíz, incluso por la ganadería».
Por su parte, Rosario Tejeda Lemos, del municipio de Bahía Solano, Departamento de El Chocó, compartió su deseo de aprender sobre el cultivo y beneficio de la vainilla, y compartir ese conocimiento con los habitantes de su comunidad.
«Para nosotros la vainilla es una orquídea muy hermosa que nos va a servir en la comunidad para mejorar un poco nuestra calidad de vida y como una forma de proteger los bosques.»
Relató que sus antepasados la usaban constantemente para perfumar la ropa, pero también en collares de chaquira «para atraer la suerte y el amor».
Sin embargo, «a medida que ellos murieron esa tradición se fue perdiendo y ahorita la rescatamos. Pero antes la teníamos con otro nombre, ‘bejuquillo’, y ya nos aclararon que es vainilla».
Rosario compartió que tienen expectativas de que el trabajo que realizan para el cultivo sistemático de la vainilla, más adelante les sea recompensado con mejores condiciones de vida no sólo económicas sino ambientales, pues quieren desarrollar actividades que contribuyan al cuidado de sus bosques.
La vainilla es anticancerígena, antioxidante y más
Los recorridos en campo por zonas vainilleras se complementaron con actividades académicas, principalmente el seminario «Avances sobre la investigación de la vainilla en el Orquidario de la Universidad veracruzana» que se desarrolló el miércoles 7 de febrero.
Ahí, la investigadora y también coordinadora del Orquidario del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro), contextualizó a los visitantes sobre el cultivo de la vainilla en la entidad, cuyo uso data de la época precolombina.
Además, destacó –con base en investigadores del país y el extranjero– las propiedades medicinales de la vainilla natural: es anticancerígena, antioxidante, previene apnea del recién nacido (muerte de cuna), funciona como aromaterapia contra la depresión, terapia contra las adicciones, intensificador del sabor de alimentos y es antimicrobiana.
Asimismo, les habló de las vinculaciones que el Orquidario UV ha establecido con instituciones gubernamentales, empresas y productores de vainilla. Por ejemplo, citó el Proyecto Gaya-UV, cuya finalidad fue el diseño y desarrollo de tecnologías de innovación para la micropropagación y renovación del cultivo de la vainilla mexicana. También recordó que la institución es miembro de la Red Mundial para el Estudio de la Vainilla.
Actualmente, detalló, en la UV se realizan estudios de dispersores y micorrizas asociadas a la vainilla, de polinización, de localización de poblaciones silvestres, hibridaciones, de nuevos mercados, banco in vitro. Además, trabajan en la difusión del consumo de la vainilla con actividades como el Festival ¡Viva! Vainilla, y vinculación con investigadores a nivel nacional e internacional.
No obstante, también citó el trabajo que está pendiente en la materia: estudios de fitosanidad, caracterización de variedades y los híbridos producidos, conservación in situ de especies amenazadas, bancos de germoplasma en campo, promoción para aprovechamiento de la vainilla en más comunidades y la búsqueda del valor agregado para comercialización.
Como parte del seminario, David Moreno Martínez, del posgrado en Ecología Tropical del Citro, habló de las perspectivas para el cultivo de la vainilla en Latinoamérica. El tema se centró en una serie de recomendaciones a los productores colombianos, con base en las experiencias que se tienen en el país.
Como parte de su participación, mencionó las problemáticas del cultivo en México. Primeramente, la caída comercial en la década de 1960, con la aparición de los saborizantes artificiales; además habló del aborto prematuro de los frutos, un problema de todas las zonas vainilleras del mundo, cuyo origen es multifactorial. Se cree que el
cambio climático es la principal causa o un cultivo en una zona inapropiada, diferente de su centro de origen.
Otra de las problemáticas que planteó son las sequías prolongadas y falta de agua en las zonas productoras, lo que afecta severamente el cultivo; el fusarium, un hongo asociado al mal manejo y al abandono de cultivos; la pérdida de superficie del cultivo, y el abandono y envejecimiento de la población productora.
El estudiante de posgrado habló de la importancia del manejo y conservación del germoplasma, dijo que México es uno de los principales países con reservorios genéticos de vainilla planifolia y «con la pérdida de materiales, los problemas y abandono del cultivo, además de la falta de investigación, nos dimos cuenta de todo lo que debemos y no debemos hacer».
Para él, tales condiciones aplican para toda Latinoamérica, por ello destacó la necesidad de conocer la distribución, diversidad y atributo de todas las especies, es decir, generar investigaciones científicas que acompañen los proyectos de cultivo.