- La investigadora emérita del Instituto de Astronomía de la UNAM y recién investida como doctora honoris causa, dictó una conferencia magistral
- El estudio de las nebulosas planetarias ha permitido saber que el Universo está formado por hidrógeno, helio, carbono, nitrógeno, oxígeno, neón, hierro, azufre y argón”, explicó
Las nebulosas planetarias son uno de los objetos de estudio de Silvia Torres Castilleja, investigadora emérita del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM y recientemente doctora honoris causa por esta casa de estudios.
En su fase final de evolución, explicó en conferencia magistral a propósito de su reciente investidura, las estrellas tienen un periodo que dura entre 10 mil y 30 mil años, y dentro de unos cinco mil millones de años, nuestro Sol se convertirá en una de ellas y morirá.
“Las nebulosas planetarias nos ayudan a los astrónomos a conocer el proceso por el que pasan las estrellas al agotarse su combustible nuclear. Al estudiarlas, conocemos el futuro del Sol y de otras estrellas del Universo”, señaló en un auditorio Paris Pishmish del IA, colmado de estudiantes.
Algo interesante de las nebulosas planetarias es que, tras su proceso de agonía estelar, formarán nuevas estrellas con combinaciones químicas diferentes, advirtió.
Torres Castilleja recordó que las nebulosas planetarias fueron descubiertas por el astrónomo francés Charles Messier, quien buscaba cometas, pero encontró objetos celestes que no se movían.
Messier creó entonces un catálogo con 103 objetos celestes, de los cuales cuatro eran nebulosas planetarias. Desde entonces, han despertado gran interés entre los astrónomos, pues revelan una fase de las estrellas en su fase final. “Se pueden ver con un pequeño telescopio como nubes difusas”, detalló.
La también presidenta de la Unión Astronómica Internacional (IAU) expuso que las nebulosas planetarias ayudan a conocer la composición química de las estrellas: “estudiamos los gases calientes que están ahí, mediante el espectro de una estrella”.
Dentro del espectro electromagnético que analiza la radiación desde el infrarrojo hasta el ultravioleta, los astrónomos identifican los gases presentes en la nube.
Así, hoy saben que el Universo está formado por hidrógeno, helio, carbono, nitrógeno, oxígeno, neón y, en menor proporción, por hierro, azufre, argón y flúor.
“Lo que hacemos es estudiar esos gases calientes que vemos brillar. Lo hacemos mediante el espectro electromagnético, se descompone la luz y podemos verlo”, explicó.
Silvia Torres se refirió a la importancia de la astronomía como una ciencia fundamental que nos ayuda a conocer el Universo, qué somos y de dónde venimos. “Pero tenemos necesidad de todas las ciencias y de conocer la naturaleza desde distintos campos de conocimiento”.
Conocida por ser la primera mexicana en obtener un doctorado en Astrofísica (en la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos, tras estudiar física en la Facultad de Ciencias de la UNAM), la universitaria señaló que, históricamente, la astronomía ha sido un motor de desarrollo tecnológico, pues el interés básico por conocer el cosmos ha servido para crear instrumentación de alto nivel encaminada a observar las estrellas.