Revistas académicas buscan tener mayor visibilidad en redes

En un competitivo mercado editorial, las publicaciones periódicas de corte científico y de divulgación pueden encontrar nuevos nichos con el uso de las tecnologías de la información, ¿cómo posicionar estos contenidos en la vorágine del mundo digital?, es la cuestión que convoca a los participantes del II Encuentro de Revistas Académicas que, del 26 al 28 de junio, se realiza en el Museo Nacional de Antropología.

Al inaugurar esta reunión, el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el antropólogo Diego Prieto Hernández, refrendó el compromiso de la dependencia con estos temas, toda vez que el instituto produce conocimiento científico que requiere una adecuada comprensión por parte de los lectores.

Recordó que el INAH es heredero del Antiguo Museo Nacional, un recinto que además de estar dedicado a la exhibición de piezas arqueológicas, históricas y etnográficas, se enfocaba al desarrollo del saber, por lo que en 1877 lanzó Anales del Museo Nacional, publicación que retomaría el nombre del Instituto Nacional de Antropología e Historia, a partir de su creación en 1939, extendiendo su aparición hasta 1977.

Ese solo dato refleja que el INAH, una institución que este año conmemora su 80 aniversario, siempre ha observado a estos medios como «un instrumento fundamental para la dispersión de los avances de la investigación social y de la discusión académica sobre el patrimonio cultural de la nación», expresó su titular.

Recalcó que este II Encuentro de Revistas Académicas, que tiene como tema central «Proyección y visibilidad en redes», abordará los procesos de transición de los formatos impresos a los digitales, así como sus problemáticas y retos, para mejorar su calidad y presentación con el fin de acrecentar su posicionamiento en las diversas plataformas de divulgación.

Diego Prieto indicó que «aunque en el mundo industrializado existe un poderoso mercado comercial de publicaciones periódicas, basado en el modelo de suscripciones, en América Latina, sobre todo en México, las revistas académicas no forman parte de ese sector comercial, al ser financiadas casi por completo por las instituciones que las editan, sin afanes de lucro. Diversos organismos internacionales han destacado y validado el acceso abierto a la información científica como una herramienta indispensable para democratizar el conocimiento a las sociedades que lo producen».

Por ello, encomió la presencia en el encuentro de editores, miembros de comités editoriales, investigadores y colaboradores de medios de divulgación cultural y científica, directivos y responsables de publicaciones de las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM) y Autónoma Metropolitana (UAM), de El Colegio de México, del Instituto Mora y del propio INAH.

Con esta convocatoria —sostuvo—, se puede llegar a un fin ulterior común: «la consecución de públicos cada vez más amplios, y con ello la extensión provechosa del conocimiento sobre nuestra diversidad cultural, nuestra memoria y nuestros patrimonios culturales».

En la primera de las tres mesas que integran el programa, Guillermo Chávez Sánchez, de la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, trazó los aspectos sobre los cuales se puede trabajar para garantizar el consumo de estos contenidos, entre ellos, el cuidado de la calidad de los sitios web institucionales y su indexación por motores de búsqueda, como el caso de Google y Google Académico, por citar un par de ejemplos.

Un escenario idóneo también abarcaría «la presencia en el mayor número de sistemas y plataformas de indización, es decir, buscar bases de datos apropiadas a las temáticas de nuestras revistas, un caso es el DOI, el indicador más usado hoy en día para identificar los artículos científicos; así como tener un uso extendido de licencias alternativas como Creative Commons, y un alcance en las redes sociales.

«Debemos pensar que nuestros próximos contenidos cuenten además con efectos multimedia. No obstante que en las revistas académicas sea más estricto publicar en el formato tradicional, quizá más adelante podamos utilizar otros formatos que dinamicen su divulgación, por ejemplo, cápsulas de audio y video», refirió el subdirector de Revistas Académicas y Publicaciones Digitales.

En ese tenor, Amelia Salcido, responsable del Proyecto de Redes Sociales de la Dirección de Comunicación Social de la UAM, detalló que esta casa de estudios cuenta con 45 revistas académicas (ocho de ellas dedicadas a la sociología), donde se materializan sus actividades científicas y artísticas. Con casi 40 años de existencia, la más antigua es Casa del Tiempo, y la más reciente, Espacialidades, una revista digital nacida en 2015.

Manifestó que «el mercado editorial es voraz, pues la oferta es mucha para los espacios de exhibición y venta existentes. Los responsables de adquisición en librerías deben elegir entre cientos de opciones para llenar sólo una decena de espacios, que rara vez son ocupados por publicaciones académicas.

«En este panorama resulta fácil comprender que, a partir de la Declaración de Budapest, este tipo de revistas hayan encontrado en el acceso abierto una herramienta de oro para difundir el conocimiento que contienen, y creo que este es el público al que ahora estamos llegando, incluso de una manera más directa que la versión impresa de las mismas», señaló.

El II Encuentro de Revistas Académicas, el cual continuará este jueves y viernes con los conversatorios dedicados a las «Revistas académicas, plataformas virtuales y redes de divulgación científica», y a los «Repositorios y plataformas digitales para la divulgación cultural y académica», es organizado por la Coordinación Nacional de Difusión del INAH, a través de la Dirección de Publicaciones y la Subdirección de Publicaciones Periódicas, esta última a cargo de Benigno Casas.

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